A los perros adultos se les debe dar dos comidas al día, siempre a la misma hora. Debemos dar la mitad de la ración diaria en la mañana y la otra mitad en la tarde, pasados 30 minutos se debe retirar el plato.
2/10 Dale siempre de comer a la misma hora:
Un perro sano funciona como un reloj y te ayudará a controlar el cuando realiza sus necesidades. De esta forma puedes organizar el día (comidas y paseos) con más facilidad.
3/10: Dale la cantidad de comida adecuada:
Tan malo es darle demasiada comida como demasiada poca. Además, el tipo y cantidad de comida que se le ha de dar varía con su edad y su desarrollo. Pregúntale a tu medico veterinario.
4/10: Su plato siempre limpio:
El recipiente donde coloques la comida debe estar siempre limpio, y no es conveniente que el alimento permanezca en su plato por más de 30 minutos.
5/10: Elije un alimento de buena calidad:
Elige productos de buena calidad, que cubra todas las necesidades alimenticias de tu mascota. La bajada de precio suele ser a costa de la calidad.
6/10: No le permitas implorar por las sobras:
Cuando el perro ha ingerido la ración diaria de alimento que le corresponde, no hay que permitirle que acuda a la mesa a implorar por las sobras. Se trata de una norma que ayuda a proteger tanto la salud del perro, como a educarle para evitar futuros problemas de comportamiento.
7/10: Siempre agua fresca y limpia:
No dejar servida la misma agua durante todo el día, el tiempo máximo que puedes dejarle el agua a tu mascota es de 8 horas, luego el líquido perderá sus propiedades, ya no tendrá el mismo sabor, olor y textura.
Además atraerá bacterias y distintos microorganismos, los que se traspasarán directo al estómago del animal.
8/10:La ingestión de huesos, no ayuda a proporcionar calcio ni a fortalecer la dentadura:
Los Huesos pueden provocar obstrucciones y lesiones de esófago o intestino, además de producir estreñimiento. Si al perro le gusta mordisquear, es mejor darle juguetes o huesos de carnaza.
9/10: No cambies su alimentación de golpe.
Cuando debas cambiarle el tipo de comida (por ejemplo, de alimento para cachorros a alimento para adultos) no lo hagas de golpe sino gradualmente, mezclando ambos tipos de comida y variando la proporción de la mezcla, poco a poco, hasta el nuevo tipo de comida.